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Síndrome del impostor

 

Existen individuos que alcanzan un rendimiento óptimo en su carrera y a quienes consideramos modelos de éxito, pero comparten un secreto oculto: se sienten como impostores, creyendo que su logro se debe más a la suerte que a su talento y esfuerzo.

Estas personas sufren del síndrome del impostor. ¿Sabías que existen diferentes tipos de «impostores»? ¿Crees que podrías ser uno de ellos?

 

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el cual una persona tiene la creencia errónea de no ser inteligente, capaz o creativa, a pesar de contar con evidencias de su habilidad, alto rendimiento y éxito. Se experimenta una sensación de ser un impostor, a pesar de no serlo realmente.

La aparición y desarrollo de este síndrome están influenciados por la personalidad, los antecedentes y las circunstancias individuales de cada persona. Aunque el síndrome es real y puede debilitar a la persona, es posible que aquellos que lo padecen no sean conscientes de que están experimentándolo.

 

Tipologías

En el síndrome del impostor, también se pueden identificar diferentes clasificaciones. Resulta interesante detectar y reconocer los cinco grupos de impostores más comunes, los cuales se basan en hábitos o patrones negativos que nos impiden desarrollar nuestro máximo potencial.

Para cada tipología, se pueden ofrecer pequeñas ayudas y estrategias para superar estas situaciones y los síntomas de estrés laboral que conllevan. Te invito a reflexionar sobre estas clasificaciones planteándote preguntas relevantes para ti mismo mientras lees.

 

El perfeccionista

El perfeccionismo y el síndrome del impostor a menudo van de la mano, ya que las personas perfeccionistas y obsesionadas con el control tienden a establecer metas muy altas. Cuando no logran alcanzar esas metas, experimentan grandes dudas sobre sí mismas. Sienten que deben hacerlo todo por sí mismas para estar a la altura.

Aquí tienes algunas preguntas para descubrir si eres un «impostor perfeccionista»:

  • ¿Disfrutas el micromanagement?
  • ¿Te resulta difícil delegar y, cuando lo logras, te frustras por los resultados?
  • ¿Sientes que tu trabajo debe ser perfecto en todo momento?

Para los perfeccionistas, el éxito no les brinda satisfacción, ya que siempre creen que podrían haberlo hecho mejor. Esto acaba generando estrés laboral y agotamiento. Para evitar los síntomas de este comportamiento poco saludable, es importante encontrar satisfacción en los logros y cultivar la confianza en uno mismo.

Recuerda que cometer errores es parte natural del proceso. Si cometes un error, mantén la calma. Y acepta que nada puede ser 100 % perfecto, así que esfuérzate por actuar antes de sentirte completamente preparado para iniciar aquello que has estado planificando durante meses.

 

El experto

Las personas que sufren del síndrome del impostor y se identifican como «impostores expertos» sienten que, de alguna manera, han engañado a quienes los contrataron. Viven con el temor de que en algún momento se descubra que carecen de experiencia en su campo.

Aquí tienes algunas preguntas para descubrir si eres un «impostor experto»:

  • ¿Sientes temblores cuando alguien te llama experto?
  • ¿Buscas constantemente capacitaciones o certificaciones porque sientes que debes mejorar tus habilidades para tener éxito?
  • ¿Te avergüenza solicitar un trabajo si no cumples con todos los requisitos de formación/educación?

Ayudar a colegas más jóvenes puede ser beneficioso para reconocer la experiencia que tienes. Al compartir tus conocimientos, ayudas a los demás y reduces los síntomas de estrés laboral, ya que estás desafiando tu síndrome del impostor.

 

La superwoman / El superman

Continuamos con la siguiente categoría de personas que se consideran impostores entre profesionales genuinos. Estas personas, afectadas por el síndrome del impostor, se presionan a sí mismas para trabajar arduamente y estar a la altura, como una forma de encubrir sus inseguridades. Sin embargo, la sobrecarga de trabajo conlleva otro síntoma y las consecuencias del estrés laboral: problemas en las relaciones con los demás y, lo que es aún más preocupante, daños en la salud mental.

Aquí tienes algunas preguntas para descubrir si eres un «impostor superman» o una «impostora superwoman»:

  • ¿Te quedas más tiempo en la oficina que el resto de tu equipo, incluso cuando has completado tus tareas para el día?
  • ¿Te estresas cuando no estás trabajando y consideras que el tiempo inactivo es una pérdida?
  • ¿Has dejado de lado tus pasatiempos y pasiones debido al trabajo?

Hablamos de personas adictas a la validación que proviene del trabajo, en lugar de disfrutar del trabajo en sí mismo. ¿Cómo puedes entrenarte para evitar depender de la validación externa y tomar las críticas de manera constructiva en lugar de personal? Hazlo para que nadie tenga más poder para hacerte sentir bien contigo mismo que tú mismo. Al desarrollar confianza interna, te sentirás competente y hábil, y podrás gestionar mejor tu tiempo en el trabajo.

 

Los (muy) individualistas

Las personas que padecen el síndrome del impostor a menudo se consideran individualistas, ya que creen que pedir ayuda revela sus debilidades y les impide demostrar su valía.

Aquí tienes algunas preguntas para descubrir si eres un «impostor individualista»:

  • ¿Sueles decir con frecuencia «no necesito la ayuda de nadie»?
  • ¿Crees firmemente que debes lograr todo por ti mismo?
  • ¿Consideras que tus solicitudes son más bien requisitos del proyecto que necesidades personales?

No debes avergonzarte de pedir ayuda cuando la necesites. Buscar el consejo de un supervisor o de tus compañeros puede ser beneficioso. Recuerda que pedir ayuda no es una muestra de debilidad, sino una forma de crecimiento y colaboración.

 

El genio natural

Hay otro caso de personas que experimentan el síndrome del impostor, y son aquellas que juzgan el éxito en función de sus capacidades y no de sus esfuerzos. Creen que si tienen que trabajar arduamente en algo, es porque son malos en ello. Consideran que deben hacer todo correctamente desde el principio, y cuando no logran hacer algo rápidamente, experimentan estrés.

Aquí tienes algunas preguntas para descubrir si eres un «impostor genio natural»:

  • Cuando te enfrentas a un contratiempo, ¿pierdes la confianza en ti mismo porque no rendir bien te causa vergüenza?
  • ¿Estás acostumbrado a destacar sin mucho esfuerzo?
  • ¿Evitas los desafíos porque te resulta incómodo intentar algo en lo que no eres bueno?

¿Cómo superar todo esto? Debes verte a ti mismo como un proyecto en desarrollo. Por ejemplo, si deseas destacar más en tu departamento, pero no eres bueno en las reuniones, en lugar de evitar hablar en las reuniones de equipo, es mejor perfeccionar tus habilidades comunicativas. Identifica comportamientos o habilidades que necesiten mejora y trabaja en ellos con el tiempo.

 

Cómo combatir el síndrome del impostor: «llamadas a la acción»

Acepta que tienes algo que ver en tus logros: Reconoce tu contribución y méritos en tus logros, en lugar de atribuirlos únicamente a la suerte o circunstancias externas.

Céntrate en proporcionar valor: En lugar de obsesionarte con la búsqueda de la perfección, enfócate en ofrecer valor a través de tu trabajo y habilidades. Concentra tus esfuerzos en hacer un impacto positivo.

Deja de compararte con otras personas: Evita la comparación constante con los demás. Recuerda que cada individuo tiene su propio camino y circunstancias únicas. Enfócate en tu propio crecimiento y desarrollo personal.

Dilo en voz alta: Reconoce el síndrome del impostor y dilo en voz alta. Al reconocer y verbalizar tus sentimientos, puedes comenzar a desafiar y desmantelar esos pensamientos negativos.

Cometer un error no te hace un impostor: Acepta que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento. No te juzgues duramente por ellos, sino utilízalos como oportunidades para aprender y mejorar.

La autenticidad es un proceso: Reconoce que la autenticidad no implica ser perfecto o tener todas las respuestas. Es un viaje de autoexploración y aceptación de tus fortalezas y debilidades.

Date cuenta de que nadie sabe todo al 100%: Recuerda que nadie tiene todas las respuestas y todos están aprendiendo continuamente. Incluso las personas exitosas enfrentan incertidumbre y desafíos.

 

El síndrome del impostor puede ser una experiencia compartida por muchas personas exitosas. Compartir tus sentimientos y experiencias con otros puede reducir la sensación de aislamiento y vergüenza, y fomentar la empatía y la conciencia de uno mismo. Aprovecha este impulso para dar un paso adelante y enfrentar los desafíos con confianza.

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