RRHH

Resolución de conflictos laborales

 

Los conflictos laborales son una realidad desafortunada, pero completamente normal dado que los españoles pasamos en promedio 38 horas por semana en el trabajo, según el Instituto Nacional de Estadística.

Al compartir tanto tiempo y espacio con compañeros de diferentes personalidades y características, es común que surjan conflictos. Sin embargo, mejorar la gestión de estos conflictos puede tener un impacto positivo en el día a día y en la experiencia de los empleados en la empresa.

 

¿Qué es un conflicto laboral?

Un conflicto laboral es una situación en la que hay una disputa o desacuerdo entre miembros de una organización debido a una discrepancia de opinión, ya sea hacia otros compañeros o hacia la administración de la empresa.

Aunque esta definición es bastante amplia, los conflictos laborales pueden adoptar diversas formas, como conflictos de intereses, choques de personalidades o tensiones entre compañeros. Lo que tienen en común todos estos conflictos es que ocurren en el entorno laboral.

 

¿Cómo son los conflictos laborales?

Como se mencionó anteriormente, hay varios tipos de conflictos laborales, pero a menudo tienen características similares, tales como:

  • Son necesarios: son esenciales para el crecimiento de la empresa y el desarrollo profesional del empleado.
  • Son potencialmente peligrosos: pueden tener un efecto beneficioso o perjudicial. Si no se manejan adecuadamente, pueden ser una amenaza para las empresas.
  • Son inevitables: es imposible evitar completamente los desacuerdos, ya que son una parte natural de las relaciones humanas.

 

¿Qué tipos de conflictos laborales existen?

Hay una clasificación de los conflictos laborales según sus características, lo que puede ayudar en su gestión adecuada. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un conflicto puede comenzar como una tipología y luego transformarse en otra.

Por ejemplo, si María trata mal a Lucía porque cree que la empresa le está dando un trato preferencial por ser familiar de uno de los directivos, esto puede afectar su relación. En este caso, lo que empezó como un conflicto de intereses termina convirtiéndose en un conflicto de relaciones.

 

Según las partes implicadas

¿Cuántas personas están involucradas en el conflicto y qué posiciones ocupan? Por lo general, se pueden identificar seis tipos de conflictos laborales según las partes involucradas:

  • Conflictos intrapersonales.
  • Conflictos interpersonales.
  • Conflictos intragrupales.
  • Conflictos intergrupales.
  • Conflictos interorganizacionales.
  • Conflictos colectivos.

 

Según las causas

Además, los conflictos laborales también pueden clasificarse según su origen:

  • Conflictos de información.
  • Conflictos de relaciones.
  • Conflictos de intereses.
  • Conflictos de recursos.
  • Conflictos de estilos.
  • Conflictos de percepciones.
  • Conflictos de metas.
  • Conflictos de presión.
  • Conflictos de roles.
  • Conflictos de diferencias en los valores personales.
  • Conflictos de políticas impredecibles.

 

Según su naturaleza

Las características intrínsecas del conflicto pueden ser las siguientes:

  • Falsos, sin base objetiva.
  • Verídicos, con base objetiva.
  • Contingentes, se detectan en una fase temprana y no son graves.
  • Desplazados, en los que un problema sin importancia oculta uno más complejo.
  • Mal atribuidos, cuando las partes no son conscientes de que existen luchas de intereses.

 

Según las consecuencias para la empresa

¿Los conflictos son perjudiciales para la empresa? No siempre, y pueden clasificarse en:

  • Funcionales: se busca alcanzar un objetivo de interés para la empresa.
  • Disfuncionales: no buscan que la empresa avance.

 

¿Cómo gestionar un conflicto laboral?

Cuando no es posible prevenir un conflicto laboral, es necesario tomar medidas para resolverlo. Para ello, hay algunas claves importantes que se deben seguir:

  • Identificar el problema y comprender su naturaleza.
  • Preguntar a otros compañeros, aunque no estén directamente implicados.
  • Reunir a las partes involucradas y fomentar el diálogo para buscar una solución.
  • Tomar una decisión que satisfaga a ambas partes y que no perjudique a la empresa.
  • Crear un plan de acción para prevenir futuros conflictos similares.

 

Es importante tener en cuenta que no hay soluciones rápidas para problemas complejos. La resolución de conflictos laborales a menudo requiere un análisis cuidadoso y mediación, y puede llevar tiempo, especialmente cuando se involucran emociones personales.

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