RRHH

Dudas sobre la baja por depresión

El estado anímico y la salud psicológica de los trabajadores tienen la posibilidad de influir gravemente a su rendimiento, hasta el punto de impedir el común desarrollo de su actividad. Aprende cómo gestionar una baja por depresión.

Según los datos publicados por la OMS (OMS) para España, en 2015 había 2,4 millones de españoles que sufrían cualquier tipo de depresión. Lo más grave del tema es que esta cifra se había aumentado en un 18,4% en una década, en cierta medida por el traumático efecto de la crisis de 2008 y en cierta medida por la más grande tensión a que permanecen sometidos los trabajadores y que les lleva pedir la baja por depresión.

Está claro que este trastorno es uno de los más importantes inconvenientes involucrados con la salud psicológica a que se combaten los expertos en nuestro tiempo. Dadas las repercusiones que la depresión puede tener en la vida de los trabajadores y en el manejo de las organizaciones, conviene conocer en detalle cuál es el caso legal de esta tipología de baja gremial y cómo debería gestionarse.

¿Qué es una baja por depresión?

La baja por depresión es un tipo de baja gremial que se le reconoce a los trabajadores una vez que dichos se hallan temporalmente incapacitados para el habitual ejercicio de sus responsabilidades en cualquier organización. La inviabilidad debería estar motivada por razones de índole psicológica y, al igual que ocurre con lo demás de bajas laborales, esta debería ser acreditada médicamente. Aunque hay varios condiciones que tienen la posibilidad de justificar la baja por depresión, los más usuales son el estrés, la ansiedad, los inconvenientes parientes o individuales y los conflictos laborales.

¿Puede garantizarse la confidencialidad de la baja por depresión?

Es elección del trabajador comunicar a la organización las razones de su baja, toda vez que esta le fue proporcionada por un doctor y, por consiguiente, este el exclusivo que tiene que conocer precisamente su situación. Dependiendo de la vinculación del empleado con la compañía, va a poder tomar la elección de comunicar o no los motivos de su baja, asumiendo que hablamos de un tema bastante sensible y que puede ocasionar cierta estigmatización del trabajador.

En la mayor parte de casos, el departamento de RR.HH y lo demás de la compañía se mostrarán comprensivos con el caso del empleado y tratarán de facilitar su reincorporación de la mejor manera viable. Claramente, si la baja se alarga a lo largo de un largo tiempo, es viable que la compañía se interese por conocer los detalles de la misma.

¿Qué tipos de baja por depresión existen?

En líneas en general, tenemos la posibilidad de diferenciar 2 enormes tipos de baja por depresión con base a otros muchos tipos de contingencias sobre los principios del trastorno:

  • Contingencias habituales: la depresión se ha originado por razones ajenas a la actividad gremial, siendo las más frecuentes los inconvenientes parientes o particulares y los inconvenientes financieros. En esta situación, es el doctor de cabecera el responsable de acreditar la depresión y reconocer la baja que corresponde. El trabajador iniciará a notar el pago de la baja desde el cuarto día de la misma.
  • Contingencias expertos: en esta situación, el trabajador ha desarrollado la depresión por motivos involucrados con su actividad gremial. El mobbing o acoso laboral y el estrés son varias de las primordiales razones de esta clase de baja por depresión. Esta inviabilidad gremial se gestiona por medio de la recíproca, que es además la responsable de sufragar la baja médica, que iniciará a abonarse al día siguiente a su reconocimiento.

¿Cuáles son los requisitos para entrar a la baja por depresión?

Al igual que en la situación anterior, tenemos la posibilidad de diferenciar 2 requisitos primordiales para entrar a una baja por depresión (además de consumar alguno de ambos tipos de contingencias que acabamos de describir):

  •  Alta en la Seguridad Social: el trabajador debería estar dado de alta en la Seguridad Social en el instante de pedir la baja por depresión (si es un profesional independiente, debería estar al día en el pago de sus cotizaciones sociales).
  • Cotizaciones previas: una vez que concurren contingencias usuales, el trabajador debería acreditar que ha cotizado a la Seguridad Social un mínimo de 180 días en los 5 últimos años. Si hablamos de una contingencia profesional, no existe requisito alguno en cuanto al lapso cotizado anteriormente.

 ¿Cuánto puede durar una baja por depresión?

Conforme con la legislación de España, un trabajador puede quedar un mayor de 12 meses seguidos en situación de baja por depresión. Ahora bien, si el doctor de cabecera o el de la recíproca apreciaran que concurren diferentes razones que justifican la ampliación de la baja, esta puede prolongarse 6 meses más con carácter excepcional. Si, vencida la expansión extraordinaria de la baja, el trabajador siguiera sin estar recuperado de la depresión, su caso podría ser remitido a un Tribunal Doctor para que acredite el caso de imposibilidad persistente.

¿Cuánto se cobra en la baja por depresión?

Las bajas por depresión siguen los mismos criterios que lo demás de incapacidades temporales en lo cual a la retribución del trabajador respecta. En este sentido, son la Seguridad Social o la recíproca –según el tipo de contingencia– las instituciones causantes de costear la prestación. Para eso, se aplica el siguiente cuadro de porcentajes, que tienen la posibilidad de perturbar en funcionalidad de si concurre cualquier acuerdo colectivo que establezca accesorios específicos para el trabajador que está de baja.

Los 3 primeros días de baja: no se siente prestación alguna por contingencias habituales empero sí por contingencias expertos.

Entre el cuarto y el décimo quinto día de baja: el trabajador percibirá una prestación por el 60% de su base de cotización.

Desde el décimo sexto día de baja: el empleado recibirá una prestación equivalente al 75% de su base de cotización.

¿Qué puede y qué no puede hacer un trabajador con baja por depresión?

Es una de las preguntas más propensos en el momento de gestionar una baja por depresión. Suele pensarse que el trabajador que está en este caso no debe tener un estilo de vida activo y que, si muestra una enorme actividad, probablemente va a estar haciendo fraude. Para evadir conflictos, se aplica el inicio de que el trabajador de baja por depresión va a poder hacer todo eso que el doctor le autorice.

  • Viajar estando de baja por depresión

Ejemplificando, un trabajador en este caso va a poder viajar si se cree que podría ser benéfico para su salud o que, por lo menos, no implica ningún agravante para el caso de depresión. Es aconsejable que el profesional solicite un informe a su doctor de cabecera en el cual conste que el movimiento que se dispone a hacer no supondrá, per se, un peligro adicional para su salud.

  • Prepararse para un examen

Más espinosa es la cuestión de la preparación de pruebas académicas (no mencionemos ya de oposiciones). Por supuesto, en una situación de baja por depresión, se presupone que el empleado no dispone de la salud psicológica fundamental para desarrollar su común actividad.

Por lo tanto, afrontar a un desafío de la mente tan exigente como un examen podría ser despertar suspicacias en la organización. Nuevamente, se ordena pedir un informe doctor conveniente. Aquello sí, ten presente que en la mayor parte de oposiciones públicas no se posibilita la colaboración de aspirantes en situación de baja gremial por depresión.

  • Actividad económica

Lo cual no resulta lícito es empezar otra actividad económica a lo largo de el lapso de baja. Esto supondría un incumplimiento del comienzo de buena fe contractual y la compañía perjudicada podría proceder al despido del trabajador, que además perdería la prestación por imposibilidad temporal según lo previsto en el artículo 175 de la Ley Gral. de la Seguridad Social. Ahora bien, en los últimos años se fueron acumulando sentencias que han sentado jurisprudencia sobre esta cuestión. Los tribunales podrían validar ciertas ocupaciones económicas, continuamente y una vez que no agraven el caso del trabajador ni supongan competencia desleal o fraude a la Seguridad Social.

¿Qué ocurre con la baja por depresión en lapso de prueba y a lo largo de un contrato temporal?

En los dos casos, la legislación sí que permitiría el despido del trabajador, continuamente y una vez que se haya integrado una cláusula específica al respecto en el contrato. Te adelantamos que esta cláusula es bastante usual en dichos tipos de contratos, por lo cual conviene revisar qué método se seguiría en este escenario. Ejemplificando, puede establecerse que, en caso de imposibilidad temporal, el contrato se suspenderá hasta la recuperación del trabajador.

En la situación concreto de los contratos en lapso de prueba, la organización no tendría más que comunicar al empleado que no ha superado el lapso de prueba. El trabajador tendría la probabilidad de recurrir el despido por tener en cuenta que la causa del mismo fue el caso de baja. Queja que, en caso de probarse, podría dar por sentado la improcedencia del despido y, llegado la situación, su nulidad.

¿Cabe el despido a raíz de una baja por depresión?

Hace escasos meses, el Tribunal Constitucional fracasó a favor del despido objetivo por no ir al puesto de trabajo aun estando en situación de baja.

Para tomar esta elección, el Alto Tribunal se justificó en que las ausencias de los trabajadores en cuestión habían superado el 20% de las jornadas hábiles en 2 meses seguidos o el 25% de los días hábiles en 4 meses alternos (dentro del año). En inicio, la baja por depresión no está excluida de dichos supuestos. Se le aplicaría el mismo procedimiento jurídico que a cualquier otro caso.

Esto no supone que cada una de las organizaciones, en cualquier situación, tienen la posibilidad de proceder con el despido de los empleados de baja por depresión. Cada caso tendrá que ser evaluado por el tribunal y, lógicamente, el despido va a ser casi constantemente improcedente (lo cual no supone que sea nulo). Por consiguiente, sí, es viable que se haga el despido del trabajador a lo largo de el lapso de baja por depresión.

Cómo gestionar una baja por depresión con un software

La comunicación es primordial para gestionar cualquier ausencia de la forma menos traumática para el empleado y la compañía. El programa de control de vacaciones y ausencias de Nivimu es un recurso de simple desempeño para regir todo lo referente con las ausencias de los trabajadores, ya se intente los días de permiso por vacaciones o de las bajas por imposibilidad temporal.

Este sistema posibilita centralizar toda la información relacionada con las bajas de los empleados, quienes tienen la posibilidad de hacer servir la plataforma para remitir a la compañía la documentación elemental. Va a servir para formalizar su baja y/o comunicar cualquier incidencia al respecto.

Todo el proceso se desarrolla con las máximas garantías de privacidad, al tiempo que el calendario de la compañía se va actualizando en tiempo real mientras se confirma una ausencia.

Sea como sea, la prioridad de las organizaciones debe ser eludir, en el tamaño de sus modalidades, que los empleados desarrollen un cuadro depresivo. Es notable que sólo algunas de las cambiantes que ocasionan este caso permanecen en relación con la actividad gremial. Sin embargo, el trabajo pertenece a los espacios de socialización más relevantes para los individuos.

Por lo tanto, el departamento de Recursos Humanos sí que puede anticiparse o identificar los inconvenientes de sus trabajadores para mejorar su seguridad de la mente.

¡Descubre Nivimu de la mano de nuestros expertos!

En sólo 30 minutos, te guiaremos a través de nuestra solución y resolveremos cualquier duda que surja en el camino. 

Presentación del software

Ventajas para tu negocio

Personalización a tu medida

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?